Las Columnas

MICRÓPOLIS / ¿Qué hacen los partidos políticos?

Por Bertoldo Velasco Silva

 

Los partidos políticos perdieron su esencia. A pesar de que todos tienen registrado en sus documentos básicos abanderar las causas y demandas sociales, ninguno cumple con este requisito, aparte de que muchos de ellos carecen de liderazgo, de contacto directo con su respectiva militancia y con ella, pocas veces se les ve practicar el diálogo como mecanismo de acercamiento con la sociedad.

Se han convertido en partidos políticos burocráticos -con todo respeto para los trabajadores de gobierno-, que a casi un año de que inicie el proceso democrático rumbo al 2024, no se han preocupado por prepararse y continúan sumidos en ese centralismo vertical, en las cuales las dirigencias nacionales le dictan a los comités estatales lo que estos tienen que hacer, importándoles muy poco lo que la gente en la entidad piense, necesite o sea tomada en cuenta.

Como partidos políticos, estos cuentan con recursos financieros producto de los impuestos que pagamos los mexicanos y que los órganos electorales les hacen entrega como parte de las prerrogativas que obtienen de acuerdo a los porcentajes de votación que registraron en el último proceso electoral, pero esos recursos solo sirven para mantener oficinas, pago de salarios, servicios como la luz, teléfono, y lo que por ley tienen destinado para capacitación, promoción del voto, afiliación, entre otros, lo incumplen.

Mientras se encuentran inmersos en tratar de cumplir a medias con ese requisito, en los cuales solo están a salvo sus salarios, se olvidan de efectuar esa función básica, que es la de abanderar los problemas y las demandas que tiene la sociedad, vaya, en el caso de Baja California Sur, ni como partidos de oposición, cumplen con ese papel fundamental para servir como contrapeso con el partido o partidos en el poder.

Pero más allá de eso, la gente que se siente olvidada por su dirigencia partidista, busca otras alternativas donde sean atendidas y escuchadas, de ahí que el fenómeno de la migración política se dé, y que provoque la debilidad partidista, como ha sucedido en partidos como el de Acción Nacional y Revolucionario Institucional, donde muchos de los que han renunciado desde finales del año antepasado, ahora militan en Morena, en el Partido del Trabajo o se suman a otro partido satélite como es el de Movimiento Ciudadano, pensando tal vez, que en ellos puedan encontrar las respuestas que en el PAN y el PRI, no les dieron.

En esta vorágine política, las dirigencias de los partidos en el estado están más enfrascados en buscar actores políticos, sobre todo los de oposición a Morena-PT como del Verde, para tratar de encontrar qué personajes puedan ser combativos y triunfadores para hacer frente en las próximas elecciones del 2024 al partido en el poder, sin siquiera tratar de encontrar las fortalezas internas necesarias para después, encontrar entre la sociedad, quién los pueda abanderar en los diversos cargos de elección popular que entrarán en disputa.

Dicen, que están trabajando, pero en realidad, como dice el dicho, “hacen como que trabajan”, y esa sociedad que no está representada por un partido político, busca quién lo haga, pero también como ya los conoce, no quiere ver las mismas caras, los personajes de siempre no solo en cargos de dirección sino por igual en candidaturas, desean caras y sangre nueva -en el buen sentido de la palabra- que los represente, que abandere esas causas y necesidades, que le dediquen tiempo y espacio y que no solo sean utilizados a la hora importante, como siempre sucede, y ahí está el claro ejemplo del por qué han perdido en las dos últimas elecciones estatales.

Ante ese abandono de los partidos políticos por abanderar las causas sociales, ha surgido como solución, las redes sociales, en donde la sociedad expresa libremente sus opiniones y denuncia la falta de acciones a su favor en materia de seguridad, de falta de agua potable, de la deficiencia en los servicios públicos, como la recolección de basura, el alumbrado, trabajos de bacheo, o de atención a grupos vulnerables o a defender a las clases más desprotegidas, o en el mejor de los casos, combata la falta de empleo.

No hay, verdaderamente, partidos políticos que sirvan de contrapeso al partido en el poder, porque siguen pasmados, porque aún no se sobreponen a las derrotas electorales que les han infringido Morena y el PT en Baja California Sur. Han sido dos derrotas electorales donde la ahora oposición perdió la mayoría legislativa y el poder, salvo los casos de Mulegé y Loreto, donde sus principales actores influyeron más para ganar por lo que son, que por el propio partido que las candidateó.

Tantos recursos financieros que reciben mes con mes esos partidos políticos, que no justifican su presencia en el espectro político, y ahora que estamos inmersos todos en el llamado que hizo el Congreso del estado para crear una nueva ley electoral que acabe con esas lagunas políticas, debería sentarse dentro de esta normatividad, una verdadera auditoría para saber qué hacen con el dinero, producto de nuestros impuestos, porque observamos que hay partidos que solo sirven como sustento familiar para quien las dirige, y cerrarles el paso a la creación de más partidos políticos, que solo sirven para sangrar nuestra economía y la de nuestros bolsillos.

Y, si estos partidos van a seguir con sus mismas prácticas políticas, para el 2024, ni el polvo le van a ver a Morena-PT en esas elecciones.

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