MICRÓPOLIS / Pedazos de mi historia, Diario Últimas Noticias
Por Bertoldo Velasco Silva
En memoria de mis Compadres Max y Raquel
Hoy, hoy, no voy a escribir de política, o hacer un análisis de encuestas, criticar a malos funcionarios o a los políticos, nada de eso. Hoy voy a escribir para mí egoteca, sí, de parte de mi historia en esta bella tierra que me acogió el 9 de julio de 1979, y de la cual estoy infinitamente agradecido.
Recordar esa mañana de sábado 19 de diciembre del 2022, cuando salí de casa acompañado como siempre de mi esposa Yolanda Tafoya rumbo al centro de la Ciudad, para ir a saludar a productores vitivinícolas de Los Comondú, que ofrecerían en el Jardín Velasco, el dulce néctar de ese vino artesanal, misional y orgánico muy conocido y poco saboreado por los paceños, pero de reconocido prestigio por quienes lo han degustado.
Una vez cumplida con la salutación, sin pensarlo nos fuimos caminando por las calles del centro, cuando nos topamos con un pedazo de mi historia periodística.
Sin darnos cuenta, estábamos sobre la calle Belisario Domínguez, entre Constitución y 5 de Mayo, a una cuadra del famoso Cinema La Paz (ahora con tanto cambio de propietario y de empresa ya no sabemos ni qué es) y nos encontramos en pequeño restaurante de comida típica mexicana y decidimos hacerle caso al anuncio de lo que ahí se ofrecía.
En ese trayecto al restaurante, observamos una casa pintada de color naranja, con el nombre de “3 Amigos”, un café que ofrece repostería francesa. La verdad, no le dimos más importancia, pero nos llamó la atención por el color, pero se nos hacía muy conocido el lugar, algo poderosamente nos recordaba algo a mi esposa como a mí.
Sin más, procedimos a llegar al sitio para desayunar y al terminar, volvimos nuestros pasos a la “casa naranja”. Al frente, en la banqueta, había mesas color café, con sus sillas y sombrillas color naranja. Ingresamos al local. Nuestra sorpresa fue, que las instalaciones nos eran muy conocidas. Y al unísono como si volviéramos hace 42 años, nos dimos cuenta que eran las oficinas de uno de los diarios más importantes de aquél entonces el “Últimas Noticias”. Pero que ahora, albergaba a un café de lujo, con repostería gala, un cómodo y bello lugar que así lo convirtieron sus ahora inquilinos Alain de la Cruz y Agnes Martínez, franceses de nacimiento.
Sentimentales que somos mi esposa y yo, empezamos a rememorar aquellos tiempos cuando como Reportero llegaba a esas instalaciones a escribir las notas de la jornada por allá de 1982, que subía las escaleras para llegar a la Redacción y empezar a tundir las teclas de una máquina Olivetti que en papel revolución (nuestras famosas cuartillas) aparecía lo que redactábamos para entregarlas a nuestro Jefe de Redacción, Max Rodríguez Palacios (QEPD), y por la tarde, llegaba mi esposa por mí para regresar a casa.
No bien apenas nos habíamos acomodado en las sillas, cuando nos invadió la nostalgia y empezamos a recordar esos momentos gratos, porque ahí nos concentrábamos los Reporteros del Diario Últimas Noticas, entre ellos, Raquel Romo Medina, que lamentablemente es mismo día de la visita al lugar (17 de diciembre 2022), nos enteremos había fallecido. Triste noticia, porque tanto ella como Max Rodríguez, a quienes conocí como pareja en la campaña para la gubernatura de Don Alberto Alvarado Arámburo (QEPD) en 1980-81, se convirtieron en nuestros mejores amigos y Compadres, padrino de mi primer hijo Félix Gabriel Velasco Tafoya.
A esa sala de Redacción, llegaban los trabajos de los colaboradores del Diario, Don Rogelio Olachea Arreola, Eutimio Pinzón Pinzón Espinoza y Felipe Ojeda Castro (mejor conocido como “El Último Guaycura), y Carlos Domínguez Tapia, todos ellos ya desaparecidos; del fotógrafo Vicente Delgadillo (El Negro Zulú), además de la pluma de Don Arturo Sotelo y Cannet, dueño de la empresa. A ellos habría que sumar a un gran Amigo y Excelente Reportero, Manuel Cabrera Betancourt, mejor conocido en aquel tiempo como “El Marqués de Pichilingue”, también ya desaparecido.
Las oficinas del Diario Últimas Noticias, de Belisario Domínguez no. 291, comprendían, en la planta baja, la recepción, el taller de tipografía, de linotipia y de prensa (donde se imprimía el diario). En la parte alta, estaban las oficinas del dueño de la empresa, Don Arturo Sotelo y Cannet, así como la sala de Redacción, Jefatura de Redacción, así como el taller de diagramado.
En esas oficinas, todos los días, Max Rodríguez, Raquel Romo, Manuel Cabrera y el que esto escribe, llegábamos a redactar nuestras notas del día. Era el centro neurálgico del periódico, donde se revisaba cada nota de todas las fuentes informativas que cubríamos, junto con las fotografías que nos hacían llegar los fotógrafos Vicente Delgadillo y Tomás Burciaga (a este último le traigo perdida la huella).
Todas las tardes solo se escuchaba el teclear en las máquinas de escribir y las órdenes del jefe de Redacción para llamar al ayudante que acudiera por el material redactado y llevarlo a ser impreso en plomo caliente.
Fueron casi cuatro años que en esas oficinas conviví, pasé gratos momentos al lado de mis compadres Max y Raquel, y mis colegas don Rogelio Olachea Arriola; Felipe Ojeda Castro, Manuel Cabrera Betancourt, así como Carlos Domínguez Tapia.
Pero hoy en esa calle de Belisario Domínguez, entre 5 de Mayo e Independencia, solo son recuerdos, pedazos de mi historia en el diario Últimas Noticias, en esa casa que hoy, vestida de color naranja, se ha convertido en un bonito lugar llamado “3 Amigos”, donde podemos disfrutar de un buen café acompañada con una excelente repostería francesa que elaboran sus hoy anfitriones, Alain de la Cruz y Agnes Martínez.