Las Columnas

Pensar para Transformar

Por Martín Inzunza Tamayo

José María Morelos y Pavón

Mi personaje favorito de nuestra “Guerra de Independencia Mexicana”, es el sacerdote, militar insurgente, patriota mexicano, y gran operador político, Don José María Morelos y Pavón, el primer “Siervo de la Nación”.

Pronto se convirtió en el principal enemigo del ejercito realista, y de todo el statu quo colonialista español. Y como no, si en lo militar resulto un gran estratega, Morelos en lo político resulto un revolucionario visionario en favor de la igualdad social y el destierro de todas las instituciones de la época que favorecían el abuso, el despojo, y la dominación de la iglesia y la realeza española.

Con suma inteligencia política, nuestro héroe, organizo el “Congreso de Anáhuac”, donde su discurso oficial de apertura fue “Los Sentimientos de la Nación”, base del primer texto constitucional mexicano.

Morelos, hora sí que les dio en la pata de palo a los realistas al proponer: La soberanía dimana del pueblo; queda prohibida la esclavitud y la distinción de castas; leyes para reducir la opulencia y la pobreza y lograr una mayor igualdad social; el gobierno se dividirá en 3 poderes: Ejecutivo, Legislativo, y Judicial; educación para todos, principalmente para las clases marginadas; todos somos iguales ante la ley; y además decreto la conmemoración del 16 de septiembre de 1810 como fiesta nacional.

Morelos, planteo un nuevo orden social, político, y jurídico, moderno y justicialista, nada que ver con el colonialismo español monárquico, extractivista, y violento, y entonces se enfurecieron los conservadores del momento, al grado de convertirlo en su enemigo número uno, endureciendo la persecución contra Morelos, quien fue juzgado primero por el “Tribunal de la Inquisición” en la capilla del Santo Oficio declarándolo hereje y degradado del sacerdocio, y luego por las autoridades civiles quienes le condenaron al fusilamiento.

Don Benito Juárez, le reconoció a Morelos su gran esfuerzo reformador, y decreto en 1869 la creación del Estado que lleva su nombre. Morelos falleció a la edad de 50 años, un medio siglo de vida que valió la pena para todos los mexicanos por los siglos de los siglos, amén.

7:30 de la mañana, domingo 16 de septiembre de 1810, dado en el atrio de la parroquia de Dolores, por el Cura Don Miguel Hidalgo y Costilla:

Grito de Dolores: ¡Hijos Míos! ¡Únanse conmigo! ¡Ayúdenme a defender la patria! Los gachupines quieren entregarla a los impíos franceses. ¡Se acabó la opresión! ¡Se acabaron los tributos! Al que me siga a caballo la daré un peso; y a los de a pie, un tostón.

Y lo siguieron cientos y miles…

 

#pensarparatransformar

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